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En fin, que con tanto follón, Scott Summers está bien serio –sí, más aún– y ha dispuesto un equipo para realizar las misiones que nadie más querría aceptar, un grupo de asesinos. Porque sí, sus misiones son la de ejecutar a los villanos de los X–Men.
La raza mutante está a punto de extinguirse. Como mostraba recientemente un título de dicha franquicia, es una Especie en Extinción y es el momento de tomar decisiones radicales. Los Purificadores de Stryker son más que asesinos: son psicóptas cuya ansia por “librar” a la Humanidad de los mutantes les ha llevado a ejecutar incluso niños sin el menor problema. Scott Summers, Cíclope, es un hombre cambiado, aplastado por el peso de la culpa y responsabilidad. No es el mismo que antaño y ha decidido cruzar la línea que siempre quiso respetar. Ahora no dudará en ensuciarse las manos porque se trata de matar o morir; sobrevivir o extinguirse. No hay más.
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